Disfrutar de una buena fiesta

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Estemos solteros o casados, seamos estudiantes, profesionistas o trabajemos en una maquiladora, la mayoría de la gente espera el viernes con ansiedad para salir de fiesta. Cada uno tiene una forma particular de divertirse, para algunos la diversión va de la mano con el alcohol en cualquiera de sus formas, para otros bailar es lo máximo, algunos más conservadores prefieren reunirse entre amigos a jugar dominó, cartas, billar, o simplemente a tomar una copa y escuchar música. Sea como sea lo importante es salir y divertirse, conocer gente, cenar, disfrutar el ambiente y posiblemente, terminar la noche en compañía de una bella dama o las damas de un caballero. La relación sexual para muchos es la culminación de este día, ya sea con tu pareja o con alguien que acabas de conocer.

Salir de antro, juerga, parranda o cualquier otro nombre con el que se identifique al hecho de salir con los amigos conlleva un rito social en el que el adolescente entra al mundo adulto y pretende comportarse como tal, ello implica transgredir algunas normas sociales y/o familiares que van desde regresar tarde a casa o consumir bebidas alcohólicas, por ejemplo; así mismo, la diversión favorece una catarsis a través de la cual el individuo libera el estrés que lleva consigo y permite olvidar algunos de los problemas. Sin embargo, el consumo de alcohol y de otro tipo de drogas provoca que la fiesta deje de ser divertida, ya que la persona alcoholizada adopta comportamientos agresivos y pierde la consciencia de sus actos con las consecuencias que esto implica para él mismo y sus acompañantes.

Salir de fiesta es una forma de disfrutar la vida, para lo cual no se necesita terminar borracho o perder el sentido de la realidad.